Boquería logra lo que parecía imposible: hacernos disfrutar en Nueva York de una cocina española de calidad con un acertado toque moderno.
Aunque es cierto que en la Gran Manzana podemos encontrar gastronomías de prácticamente cualquier rincón del planeta, todo expatriado español sabe que acertar con una paella o una tortilla de patatas tal y como las disfrutamos en España es una misión casi imposible. Experimentos y fusiones con especialidades de otros países de habla hispana y el uso de ingredientes americanos para la elaboración de unas tapas de lo más sui generis hace que, inevitablemente, echemos de menos ese “sabor de casa”. Pero en Nueva York nada es imposible, ni siquiera meternos entre pecho y espalda un buen pan tumaca o y una paella con auténtico sabor a mar. Bienvenidos a Boquería.
Todo un clásico de la gastronomía ibérica en Manhattan, Boquería abrió recientemente su cuarto restaurante neoyorquino en pleno barrio de Garment District, frente a las oficinas del periódico New York Times y junto a la también española cadena hotelera AC Hotels. Nada más entrar encontramos un ambiente de lo más animado, al llegar en mitad del servicio de brunch del fin de semana. Pero aquí termina cualquier parecido con el tradicional plan neoyorquino de mimosas y huevos Benedictinos. Un rápido vistazo al menú basta para disipar cualquier duda sobre el sello español del local. Clásicos patrios como la tortilla de patatas, el revuelto de gambas, los boquerones o las croquetas de jamón se unen a especialidades regionales tan inesperadas en estos lares como la escalivada, el pulpo a la gallega o el pollo a l’ast. Por ello, decidimos dejar el brunch para otro día y pedir una selección de indispensables para hacernos una idea general de la autenticidad del restaurante. Y la verdad es que nuestra impresión no pudo ser más favorable.
De España a tu mesa
En pocos minutos llegó a nuestra mesa la perfecta introducción: un plato con jamón serrano, queso y un pan tumaca que combinaba a la perfección el tomate untado y el aceite con el toque justo de ajo. Pero si algo nos dio la pista de que nos encontrábamos en el lugar correcto fue la tortilla de patata servida a continuación. Un plato clave capaz de distinguir al conocedor de la gastronomía española del vulgar perpetrador de Spanish food que tanto abunda por la Gran Manzana. Por suerte, el resultado saltaba a la vista: una perfecta ración de tortilla, cuajada en su parte trasera y más líquida al llegar a la punta.
Parece que el chef no es ajeno al eterno debate en torno al perfecto punto de cocción del huevo, por lo que sabiamente optó por contentar a ambos bandos. Este toque de atención al detalle, unido a la cantidad justa de cebolla, hace de esta tortilla un éxito de lo más jugoso. Acompañándola, un excepcional alioli de elaboración casera y una jarra de potente sangría redondearon la experiencia. Cuesta creer que nos encontremos a pocos pasos de Times Square y no en una tasca madrileña. Las croquetas de jamón cuadradas que siguieron, vanguardistas en forma pero tradicionales al paladar, no hicieron sino confirmar que podíamos estar tranquilos: Boquería sabe a España.
La paella, como debe ser
Pero todavía faltaba la prueba final. El plato más icónico e internacional de nuestra cocina, y un símbolo, por desgracia, reiteradamente profanado por los aficionados a la experimentación: la paella. Tras hacer caso a la sugerencia de Amado, el profesional y siempre atento manager del local, nos decidimos por una paella de marisco. La suerte estaba echada. Por si acaso, decidí pedir un poco más de ese espectacular alioli para acompañar.
Cuando llegó a nuestra mesa, no podíamos creerlo: aquella paella parecía sacada de la mejor arrocería española, con inmensos pedazos de sepia y rape, almejas a las que les faltaba hablar y un grano de apetitoso aspecto. Ni rastro del inexplicable chorizo con el que otros restaurantes supuestamente españoles atentan contra este clásico. Por suerte, las apariencias no engañaron. El arroz bomba estaba cocinado en su punto, y el sabor de todos los ingredientes era sobresaliente. Aunque llegados a este punto estábamos bastante llenos, hicimos todo lo posible por terminarla. Y es que encontrarnos con una paella de semejante calidad, a un océano de distancia de la piel de toro, era algo que no pensábamos desaprovechar.
Un dulce colofón
Tras felicitar personalmente al chef por su pericia, finalmente fuimos convencidos para probar un pequeño gran postre que puso el perfecto broche de oro a la comida: churros rellenos de Nutella y dulce de leche. Tan exquisitos como contundentes.
Nuestra experiencia
No podríamos haber salido más satisfechos de nuestra visita a Boquería. Nuestro inevitable escepticismo inicial quedó completamente erradicado ante la evidencia: es posible disfrutar de comida española en Nueva York, y de la buena (como diría cierto ex Presidente, “yes, we can.”) Nos apuntamos para nuestro regreso probar su menú de brunch, el prometedor desayuno catalán Esmorzars de Forquilla y, por supuesto, la experiencia Boquería, un abundante menú degustación con los mejores platos de este nuevo imprescindible de Midtown Manhattan.
Boquería West 40th Street
260 West 40th Street (entre la 7a y la 8a Avenida)
Abierto de lunes a domingo de 6:30 a 00:00
Telf: (212) 255-6047
Precio: $$-$$$
Web: https://boqueriarestaurant.com/tapas-bar-nyc-west-40th/